miércoles, 19 de noviembre de 2014

El crecimiento a “tasas chinas” también es falso

El crecimiento a “tasas chinas” también es falso

junio 8, 2012
By 
Economistas y políticos eminentes, instituciones de arraigado prestigio, publicaciones de gran difusión, nacionales y extranjeros se han quejado reiteradamente de la falsedad de las estadísticas que difunde el Ministerio de Economía argentino por intermedio del Instituto Nacional de Estadística y Censos relativas al índice de precios al consumidor, al nivel de pobreza y a otras cifras que prepara dicho organismo. Esas cifras que se inventan desde fines de 2007 no condicen con la realidad fácilmente comprobable. El hecho que a partir de la fecha indicada se continúe obstinadamente en seguir negando el diario acontecer en materia de precios pese a las reiteradas advertencias efectuadas desde toda la superficie del globo, demuestra que el propósito que se persigue es intentar engañar a la población y a todos aquellos que necesiten de esas estadísticas para saber cual es la situación económica argentina, entre otras cosas para percibir el fruto de los bonos nacionales emitidas con cláusula de indexación. La triste situación nacional no se mide solamente en términos de inflación y su sombra amenazante sobre los ingresos de trabajadores, empresarios agropecuarios e industriales, jubilados, rentistas y jóvenes sin trabajo y desde luego sin ingresos, sino también sobre el conocimiento exacto acerca de si el país crece o no crece. Las estadísticas falsificadas en cuanto a la inflación permiten inferir que se esconde la verdad sobre el crecimiento de la riqueza nacional, para hacer creer a la población que hay mas para repartir de lo que realmente hay y permitir a nuestros gobernantes disimular la parvedad de sus éxitos o quizá, expresado con mas exactitud, la hondura de su fracaso. La diferencia entre el aumento del índice del costo de la vida “oficial” en 2011 alcanzó un 9% anual y el costo de la vida en estimaciones privadas el 22%. Esta diferencia abismal de más del doble que existe entre uno y otro índice convence que también se “fabrican” las estadísticas sobre el crecimiento económico. Esa acuciante revelación permite desmentir que estemos creciendo a tasas chinas. El crecimiento real no puede superar la mitad del proclamado.
CÓMO SE CALCULA LA RIQUEZA DE UNA NACIÓN CUANDO HAY INFLACIÓN
Para calcular la creación de riqueza de una Nación o sea todo lo que produce un país en un año determinado, los economistas han llegado a la conclusión que ese resultado se obtiene sumando el consumo de sus habitantes mas las inversiones que hagan las empresas mas el gasto del estado más el resultado de restar de las exportaciones todo aquello que se importó. Para saber cuanto se consumió es necesario multiplicar el precio de los productos utilizados por el público, por su precio de mercado. Análogamente se debe multiplicar la cantidad de máquinas o servicios o bienes utilizados para realizar una inversión por su precio de mercado y lo mismo con los gastos efectuado por el estado. En el caso de las exportaciones menos las importaciones, se utiliza también su valor de mercado.
Lamentablemente los precios de todos los bienes y servicios que se utilizan para los cómputos no permanecen inmutables sino que oscilan según la inflación (o deflación) que experimente la economía del país que se esté analizando. En el caso de la Argentina para evitar que los cálculos sustentados en la mera multiplicación de los precios por las cantidades de cosas o bienes aludidos en el parágrafo anterior conduzcan a un error y hagan aparecer que se ha creado riqueza que no es tal sino un liso y llano aumento de precios, es preciso utilizar un coeficiente que compute la inflación ocurrida tanto en los precios del consumo, la inversión, el gasto del estado y el resultado de la resta de lo exportado menos lo importado. Si no se aplica este coeficiente que permita reducir el resultado de multiplicar los precios por la cantidad de cosas o bienes comprendidos en los cálculos se obtendría un resultado irreal: No habría un crecimiento efectivo y tangible de las cantidades producidas sino que como los bienes valdrían mas porque aumentó su precio, se aparentaría un inexistente acrecentamiento de la riqueza. Ese coeficiente se llama “deflactor”. Si los precios subieron el 25% el año pasado respecto del año precedente, pongamos por caso, y la multiplicación de los precios por las cantidades nos diera un producto de 100.000 millones de pesos en el último año, deberíamos utilizar el “deflactor” y multiplicar esta última cifra por 0,25%. El resultado nos diría que en precios de 2010, el producto bruto del 2011 sería igual a 75.000 millones. Análogamente si como vaticinan algunos expertos los precios este año subieran un 30% y a fin de año nos encontráramos con que el producto bruto es igual a 120.000 millones, si utilizamos el deflactor que en este caso sería igual a 0,30%, tendríamos al fin de ese ejercicio anual un producto bruto de 96.000 millones para 2012 en pesos de 2011. Como en este último año en el hipotético ejemplo brindado el producto bruto interno había llegado a los 100.000 millones en 2011, quedaría mostrado a las claras que a fines de 2012, siguiendo la hipótesis adoptada, no hubo tal crecimiento sino que el producto bruto se redujo.
La constatación efectuada en el parágrafo anterior que las cifras del nivel de precios son falsas y por ende el índice del costo de la vida también, nos lleva a la conclusión que también se han adoptado cifras imaginarias para obtener los guarismos que permiten conocer el producto bruto interno, o sea, si el país crece o no crece y en, todo caso, cuanto crece.
DESDE 2007, POR LO MENOS LA ARGENTINA NO HA CRECIDO A TASAS CHINAS SINO BASTANTE MENOS, PORQUE EL ÍNDICE DE LOS PRECIOS QUE SE TOMAN PARA CALCULAR EL PRODUCTO BRUTO INTERNO TAMBIÉN HA SIDO FALSIFICADO.
Si el lector es una persona avezada en cuestiones económicas posiblemente planteará que el índice de precios al consumidor NO COMPRENDE TODOS LOS PRECIOS DE LA ECONOMIA QUE SE DEBEN TOMAR PARA CALCULAR EL PRODUCTO BRUTO INTERNO Y PORF ENDE EL CRECIMIENTO DELA RIQUEZA NACIONAL. Es cierto. No abarca, por de pronto, los precios de la inversión, del gasto público ni del resultado de restar la importación de la exportación. Empero ¿en cuánto podrá diferir el costo de la inversión, el costo de los gastos del estado o la diferencia entre la exportación y la importación, del índice del costo de la vida? El gasto público está directamente vinculado al costo de la vida y la inversión en la medida que no tenga un componente importado también. En cuanto a la importación no tiene significación desde que se exporta mas de lo que se importa. El hecho que se amplíe el número de los componentes para basar en todos ellos un índice de precios necesario para calcular el crecimiento del país, reduce en muy poco la importancia del índice de precios al consumidor como elemento para percatarse que la medida real del crecimiento económico del país es inferior a la indicada oficialmente. Seguramente no más de la mitad.
Si dejamos a un lado la ciencia económica y nos sustentamos en la sabiduría popular, no tendríamos mas remedio que llegar con ella al razonable hallazgo que si el índice del costo de la vida es notoriamente falso, los demás índices no pueden ser correctos.
Conclusión: Las tasas “chinas” de crecimiento de la economía argentina, no existen. Son una ficción más. Solamente hay una falsificación adicional de la realidad que no convence a nadie que reflexiona.
Juan José Guaresti (nieto)
Presidente H. Convención del Partido Demócrata

No hay comentarios.:

Publicar un comentario