miércoles, 19 de noviembre de 2014

En 2001 un “default”, otro más en 2014… pasando por la confiscación de 2005… y otros despojos

En 2001 un “default”, otro más en 2014… pasando por la confiscación de 2005… y otros despojos

agosto 26, 2014
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Juan Jose Guaresti (nieto)
A fines de diciembre de 2001, un grupo de iluminados dirigentes políticos se pusieron de pie en la Cámara de Diputados de la Nación y prorrumpieron en una cerrada ovación ante la declaración de quién en ese entonces ejercía la Presidencia de la República por designación de la Asamblea Legislativa del Congreso: Ese mandatario había decidido no pagar la deuda externa y fue aclamado. Un par de días mas tarde el autor de tan irresponsable manifestación tuvo que irse. Era cierto que la deuda pública era impagable… en ese momento y con el elenco que integraba los poderes políticos del gobierno… pero no lo hubiera sido con gobernantes fabricados con otra madera. Hombres y mujeres enérgicos podrían haber afrontado esa crisis como se lo hizo en otras oportunidades. Hubieran cancelado esa deuda sin lesionar a nadie en un futuro mas o menos próximo manteniendo intacto el crédito de la República. Años mas tarde, en 2005, en lugar de confeccionar un plan económico inteligente y desde allí negociar un plazo para pagar la totalidad de la deuda y terminar con ella, amen de reclamarle al Fondo Monetario Internacional sus errores en la materia, se eligió no devolverles a los acreedores buena parte de su dinero y fijar términos larguísimos para el pago. Eran tan abusivas las condiciones que atrajeron la atención de inversionistas especializados en comprar muy barato títulos defaulteados y luego demandar a los gobiernos la totalidad de la deuda originaria para hacer de esta manera un brillante negocio. Estos inversionistas compraron un 7% de la deuda y exigieron el pago de su valor completo ante distintos organismos extranjeros. En un Tribunal de Nueva York fijado contractualmente para conocer del caso se dictó sentencia firme hacen menos de dos meses a favor de los actores. Nuestro gobierno se ha negado a cumplir con esa sentencia que durante el proceso había manifestado que honraría. Los hechos ya habían demostrado que una de las razones mas importantes de la crisis argentina del año 2001 era que el tipo de cambio fijado arbitrariamente por el gobierno con la política denominada “convertibilidad” o sea que un dólar valía un peso, era un verdadero error inicial y su supervivencia en el tiempo durante 10 años pese a todas las advertencias que se hicieron, era un disparate mayúsculo.
Cuando se desató la crisis de 2001 el dólar llegó a valer $ 3,90 en la plaza local que era una exageración y comenzó a descender hasta valer menos de $ 3,00. La devaluación del peso -y buenos precios internacionales- alentaron las exportaciones y las inversiones extranjeras. Lamentablemente en lugar de aprovechar de esta bonanza, se realizaron gastos públicos sin justificación, se fijaron impuestos que eran verdaderas exacciones, se hicieron designaciones de empleados claramente inconstitucionales porque no se demostraba en forma objetiva su idoneidad, se incurrió en la falsificación de los índices estadísticos y, nuevamente, un tipo de cambio retrasado, desalentó la producción argentina. Parecería que el gobierno odiara a las actividades agropecuarias y a las inversiones nacionales y extranjeras en la industria, que son el histórico motor del desarrollo argentino. Otro factor de la caída de las inversiones es el descrédito internacional diseminado por el incumplimiento de los compromisos contraídos tanto por el Estado y por las instituciones bancarias instaladas en el país. La prueba que las deudas se pudieron reestructurar en mucha mejor condición para los acreedores y evitarnos el descrédito consiguiente así como la degradación económica que trajo inevitablemente aparejada, la brindó el presidente de la Sociedad Rural Argentina quién dijo en su histórico discurso en la apertura de la Exposición de la Sociedad Rural del año pasado, que se habían ido del país en los cinco años precedentes 85.000 millones de dólares… Cabe preguntarse: ¿cuántas decenas de miles de puestos de trabajo genuino se perdieron por no establecer honrosas condiciones de cancelación de las deudas, actitud que hubiera demostrado la integridad y altura de miras del gobierno argentino? Uruguay también cayó en cesación de pagos pero reestructuró sus obligaciones sin despojar a los acreedores… lo que le garantizó recibir inversiones genuinas y elevar el nivel de vida de sus habitantes.
El 4 de junio de 1943, quienes depusieron al gobierno constitucional del Dr. Castillo sabían que la Argentina era riquísima y un país acreedor de muchas naciones, amen de los verdaderos tesoros que se guardaban en el Banco Central. Seguramente esa fortuna colosal exaltó su codicia y generó el golpe de Estado…pero a los pocos años el gobierno que surgió de esa revolución tenía dificultades financieras fruto de la dilapidación de aquel apogeo. Desde ese momento estelar las finanzas del Estado han sido generalmente mal manejadas y. cada tanto, los gastos s públicos desmesurados generan inflación. A este hecho hay que añadirle el deficiente manejo de la política económica, todo lo cual termina en crisis de balanza de pagos. Dicho esto último en criollo, no hay dólares para afrontar las deudas ni pagar las importaciones. Normalmente ello ocurre porque se acude a otra idea no menos genial: Se fija un dólar barato que inexorablemente origina que las importaciones sean estimuladas y se reduzca su precio. No menos inevitablemente las exportaciones se vuelven cada vez menos rentables y quienes fabrican lo que se podía exportar, dejan de hacerlo o lo vendan en el mercado interno a precios de liquidación. Un buen ejemplo de esto es la carne vacuna. El final es archiconocido: Faltan divisas, los gobiernos tambalean cuando no se vienen abajo directamente, se origina una devaluación bestial y vuelta a empezar. En vez de corregir los orígenes del mal, que es el pésimo manejo de las finanzas públicas y establecer un valor del dólar adecuado, nuestros gobernantes no encuentran otra salida que endeudarse a tasas cada vez mas caras. Pongo por ejemplo el”blindaje” y el “megacanje” de 2001 que significó endeudar al país a sabiendas que esa deuda era impagable. Los países conducidos por gente seria se endeudan solamente para obtener fondos con los cuáles realizar obras cuyo producido permite pagar las deudas que originaron. En este caso no se había previsto obra alguna.
Otra idea “genial”. A partir de mediados de 1997 para reducir la deuda pública el Ministerio de Economía, multiplica las sentencias contra el Estado Nacional que debe pagar en bonos por un coeficiente inventado menor que la unidad. Para poner un ejemplo: Si se deben 1000 bonos 4ta. Serie “2%” según el Magistrado que dictó sentencia firme o sea que la sentencia no se puede modificar por nada, se la multiplica ilegalmente por 0,73. En consecuencia en vez de pagar 1000 bonos, se le entrega al acreedor 730 bonos. Con la complicidad de la Caja de Valores S.A., se le ha hecho creer a decenas de miles de acreedores del Estado que el pago es correcto. La Caja de Valores S.A., que es una institución privada encargada de hacer los pagos, se presenta a los Juzgados donde esas cifras son cuestionadas y tiene la audacia de decirle a los contadores, abogados y Magistrados intervinientes que las cantidades de bonos que reciben los acreedores después de la multiplicación efectuada SON IGUALES A LAS QUE VERDADERAMENTE SE DEBIÓ ENTREGAR. Esta estafa multimillonaria no la lleva a cabo un defraudador profesional sino el Estado Argentino… con la ayuda de una institución privada. Por el momento sus autores gozan de impunidad… que no les va a durar siempre.
Colofón: En 1890 la Argentina cayó en cesación de pagos por no cumplir un cupón del Banco Baring Brothers. El Dr. Carlos Pellegrini llegó a un acuerdo con los acreedores por el cual la Argentina pagó sustancialmente su deuda. No hubo quejas de nadie. En 1933 el Gobierno del General Agustín P. Justo, radical, se encontró con un problema similar porque tuvo que afrontar las exorbitantes deudas que había dejado la administración depuesta el 6 de septiembre de 1930. Su ministro Dr. Federico Pinedo, socialista independiente, preparó un plan de pagos mediante el cual los acreedores quedaron completamente satisfechos.
Estos dos episodios tienen algunos rasgos en común: De resultas de honrar las deudas y no despojar a los acreedores, crecieron las inversiones notablemente, la economía argentina alcanzó una pujanza extraordinaria y el gobierno respeto mundial. La otra es que ambos gobiernos eran conservadores.

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